Música sin copyright para vídeos de cocina: cómo elegir el mejor ambiente


Si haces vídeos para plataformas como YouTube, TikTok o Instagram, ya sabrás que la música no es simplemente un fondo bonito. En realidad, puede marcar la diferencia entre un vídeo más del montón y uno que de verdad conecte con quien lo ve.

No se trata solo de grabar cómo se cortan ingredientes o se cocina un plato. La música ayuda a crear ambiente, a dar ritmo, incluso a transmitir sensaciones que van más allá de lo visual.
Una canción animada puede hacer que una receta básica parezca más dinámica y entretenida; en cambio, una melodía suave puede hacer que quien ve el vídeo sienta cercanía, como si estuviese en la cocina de su abuela.

Pero claro, hay que tener cuidado con qué tipo de música se elige, pues no vale cualquier tema: ni sirve cualquier estilo musical ni todas las pistas pueden usarse libremente en un vídeo.
Usar canciones con copyright puede traer problemas: desde que te silencien el vídeo hasta que te lo retiren, o peor aún, que te penalicen la cuenta.
Por eso es importante usar música libre de derechos.

Hoy en día, por suerte, hay muchas plataformas donde puedes encontrar pistas gratuitas y legales. Aun así, elegir la canción adecuada no siempre es fácil. A veces añades una que te gusta pero en el vídeo no queda tan bien. O acapara demasiada atención y acaba ocultando lo que realmente intentas mostrar.

En este artículo quiero darte algunas claves para elegir bien la música de tus vídeos de cocina, y también recomendarte algunos recursos donde puedes encontrar música sin copyright que realmente funcione para este tipo de contenido.


¿Por qué es tan importante elegir bien la música para tus vídeos de cocina?


Puede que no lo parezca a primera vista, pero la música en un vídeo de cocina no son sólo notas de fondo, algo para llenar el silencio y que éste no se haga pesado. Es mucho más que eso: es lo que le da alma al vídeo, lo que puede hacer que la experiencia pase de ser simplemente visual a convertirse en algo mucho más sensorial y emocional.

Elegir la música adecuada no es solo una cuestión de estilo o de gusto. Tiene un impacto real en cómo el espectador percibe lo que está viendo. La música tiene esa capacidad de provocar emociones casi sin que nos demos cuenta.
Puede hacer que una escena cualquiera se vuelva especial, que una receta sencilla parezca más apetecible o que un proceso largo y complejo resulte acogedor y cercano. Piensa en cómo cambia tu estado de ánimo cuando escuchas una canción alegre frente a una más lenta y tranquila.
En los vídeos de cocina, esa emoción influye mucho. La música adecuada puede transformar el acto de cocinar en algo inmersivo, algo que invita a quedarse, a disfrutar del momento… y, por qué no, a probar la receta.

Veamos algunos ejemplos para que se entienda mejor:

      • Vídeos rápidos y dinámicos: Si el vídeo va de una receta exprés —como un smoothie, una hamburguesa casera o cualquier plato que se prepara en menos de 20 minutos— lo lógico es que la música acompañe ese ritmo.
Lo ideal sería algo con energía, con un tempo rápido, alegre… quizás un poco de pop, electrónica suave o incluso algo de rock ligero. Este tipo de música no solo mantiene la atención de quien está viendo el vídeo, sino que también le transmite ese impulso de “¡venga, esto lo puedo hacer yo ahora mismo!”. Y eso, al final, es lo que buscamos.

      • Vídeos más pausados y caseros: Si, en cambio, tu receta es de las que se cuecen a fuego lento —como un buen guiso o una tarta de las de toda la vida— entonces la música debería ser mucho más tranquila. Algo instrumental, jazz suave, melodías que acompañen sin molestar.
Aquí la idea es crear una atmósfera relajada, que invite a seguir el proceso sin prisa, prestando atención a los detalles. La música se convierte en una especie de hilo conductor que marca el paso del tiempo de forma amable, casi como si el vídeo abrazara al espectador.
Al final, la clave está en cómo se ajusta la música al ritmo de la receta y al ambiente que quieres transmitir. Pero también en cómo te ayuda a conectar con quien te está viendo. Porque cuando esa conexión emocional se logra, el vídeo no solo se ve bien: se siente bien.



¿Qué tipo de música puedes usar en tus vídeos de cocina?


Como comentaba antes, cada receta tiene su "rollo", su ritmo, y la música tiene que ir a juego. Aquí te dejo algunas ideas básicas que pueden ayudarte:

      • Música rápida y con ritmo: Ideal para recetas rápidas, tipo comida callejera, fast food o vídeos donde todo va a buen ritmo. Algo con energía, que tire para adelante.
      • Música tranquila: Para recetas más lentas, caseras, dulces... como una tarta o una receta de cuchara. Aquí va bien algo suave, que no distraiga y que acompañe.
      • Jazz instrumental o bossa nova: Si quieres que el vídeo tenga un toque más elegante o moderno. No es para todo, pero si encaja, queda genial.
      • Sonidos naturales o ambientales: Si haces recetas orgánicas, veganas o cosas con un toque natural, este tipo de música ayuda mucho a reforzar ese ambiente. Sonidos de la naturaleza, agua, pájaros, ese tipo de cosas.

Pero ojo, no se trata solo de elegir el “género” y listo. La música tiene que encajar con lo que estás mostrando. Por ejemplo, si estás batiendo, mezclando, o haciendo algo que visualmente es interesante, puedes acompañarlo con un cambio de ritmo o una parte más marcada de la canción.
A veces incluso va bien hacer un parón musical o bajarla de volumen para dejar que se escuche bien el sonido real del cuchillo, el chisporroteo en la sartén, el horno al abrirse… esas cosas que hacen que el vídeo parezca más real y que te metan en la escena.



¿Y cómo eliges la música ideal para tu receta?


No hay una fórmula mágica, pero sí algunas cosas que puedes tener en cuenta.
No pierdas de vista el tipo de receta, pues cada una tiene su propio “tono”:

      1. Recetas tradicionales: si estás haciendo algo de toda la vida, como una receta de tu madre o de la abuela, va bien usar música cálida, que suene familiar. Puede ser un piano suave, una guitarra, algo simple.
      2. Recetas modernas: si estás haciendo algo un poco más rompedor, tipo fusión o con ingredientes poco comunes, puedes apostar por algo más experimental. Música lo-fi, electrónica suave o algo alternativo puede encajar perfecto.

Un truco extra: si la receta es típica de otro país (como un curry indio, sushi, tacos, etc.), puedes probar con música que tenga toques culturales. No hace falta que sea música tradicional literal, pero algo que evoque ese lugar con un instrumento típico o un ritmo parecido puede sumar un montón.



Que la música no tape tu voz: busca el equilibrio



Vale, la música es una parte clave en cualquier vídeo, pero ojo, no debería molestar ni distraer de lo importante, que en un tutorial de cocina es… bueno, tú y lo que estás explicando. Si estás hablando, dando indicaciones o explicando cantidades y tiempos, asegúrate de que la música esté bajita. Que acompañe, no que compita contigo.

Un error bastante común es poner una pista muy chula, pero demasiado alta, y al final la gente no entiende nada de lo que dices. Eso puede arruinar todo el trabajo. Así que ajústala con cariño: deja que esté ahí, de fondo, pero sin molestar. La idea es que aporte ambiente, no que se lleve el protagonismo.

Truco útil: muchos programas de edición (como Premiere, Final Cut o incluso apps más sencillas) te permiten bajar automáticamente el volumen de la música cuando empieza la narración, y volverlo a subir después. Esto te ahorra tiempo y hace que todo suene más limpio y profesional.



Piensa en la atmósfera que quieres crear


No toda la música sirve para todo. Imagina que estás haciendo un vídeo de una receta navideña o una tarta para una fiesta de cumpleaños: no vas a poner música triste o aburrida, ¿no? En este caso, lo suyo es usar música alegre, con ritmo, algo que anime al espectador y le transmita el ambiente festivo del plato. Puede ser pop, swing, algo con instrumentos vivos… lo importante es que encaje con la energía del vídeo.

Y si estás preparando varios platos en un mismo vídeo —tipo entrante, principal y postre— puedes ir cambiando el estilo musical según el tono de cada parte. Esto le da variedad al contenido y hace que el vídeo se sienta más dinámico. No todo tiene que sonar igual de principio a fin.



No te olvides del entorno… tu cocina también suena


Cuando grabas en una cocina real, hay sonidos que forman parte del proceso: el cuchillo cortando, el agua hirviendo, el aceite chisporroteando… y esos sonidos pueden ser súper potentes si los usas bien.

En vez de taparlos con la música, intenta que se escuchen. Es más, puedes aprovecharlos como parte de la experiencia. Hay creadores que incluso integran esos sonidos en el ritmo del vídeo: por ejemplo, cortar un ingrediente al ritmo de la música o hacer una transición entre pasos con un efecto de sonido real (como una batidora arrancando).

Idea creativa: Puedes usar música muy suave justo antes de que entre un sonido fuerte (como el del horno al abrirse) para que ese momento resalte. Así el vídeo se siente más natural, más “en directo”.



Al final, se trata de transmitir sensaciones


Recuerda que la música es parte de la historia que estás contando. No elijas una canción simplemente porque suena bien: piensa si encaja con el tipo de receta, con el ritmo, con el estilo del vídeo.
Cada plato tiene su energía. Un ramen casero no transmite lo mismo que unos tacos para una noche con amigos. Y la música, igual que el montaje o la luz, debería reflejar eso.

Prueba, experimenta, cámbiala si hace falta. Encontrar el sonido perfecto para tu receta lleva un poco de tiempo, pero cuando das con él, lo sabes. Y lo mejor: tu audiencia también lo nota.

A continuación, te dejo una selección de temas musicales que pueden encajar en tu próximo vídeo de cocina.
Todas las pistas son libres de derechos de autor, para que no tengas problemas de copyright:



Auténtico

Auténtico




Dulzura

Dulzura




Solo un Pensamiento

Solo un ...




Momentos Dulces

Momentos ...




Disfrutando el Momento

Disfrutando ...




Aurora Boreal

Aurora Boreal




Lo que Más Importa

Lo que Más ...




A Ti

A Ti